Para plasmar estos momentazos tenemos a Sebastian von Buchwald, fotógrafo oficial en esos encuentros repentinos, y aunque no parezcan, llenos de compañerismo profesional.
Luigi me cae mejor que el desgraciado de su hermano, pero reconozco que esta faceta suya tan agresiva le da muchos puntos extra, porque el Smash Bros se le queda corto.
Actualmente Mario (o su clon #417, que estas escenas son muy mortales) sigue peleandose porque sí a diestro y siniestro y está abierto a nuevos retos.
Es un yonki violento adicto a este hobby, dejémosle que disfrute.
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