La corruptela y pijerío con la que vivimos en Vice City no son rivales al panorama político-económico de la península ibérica desde hace ya años. Un presidente que se escuda de los periodistas apareciendo en entrevistas por televisión, los oidos sordos hacia las quejas masivas de la sociedad o una iglesia que campa a sus anchas con todos los gastos pagados.
Si Rockstar quisiese hacer un Grand Theft Auto aquí en España lo tendría más que fácil para su trama, luego escenarios como Eurovegas, la feria de Abril o las autopistas catalanas harían el resto. Aquí se vendería, claro, pero no por su contenido de denuncia y crítica, sino porque todo producto con referencias españolas saca el mayor de los patriotismos casposos que muchos poséen y del que hacen gala sin ver más allá.
Éste es el aspecto que tendría GTA Democracy, creado por el dibujante D.S. Arranz.
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