
Pero son muchos los años que se ha pasado perfeccionando el arte de manipulación de los puntos vitales y quieras o no se le nota la deformación profesional.
Poco ortodoxo, pero cumple su función. LLegará el día en el que le asciendan a supervisor de freidoras y su abuelita le mire orgullosa desde el cielo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario