Lo de
ir de caza a finales de los 80 era mucho más cómodo con la Nes, el Zapper y tu leal sabueso, pero aquella imagen de malintencionado y cabroncete que teníamos del can, que se movía
por instinto durante las partidas, no mostraba su verdadera naturaleza
compasiva.
Han tenido que pasar
casi 30 años para que saliese a la luz la historia nunca contada por la gran N. Descubrid por vosotros mismos el nacimiento de una amistad
entre dos mundos que muchos fans no creimos que fuese posible.
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