Para los que no estén familiarizados con el nombre, no vamos a hablar de un shinigami virtual ni de un juego indie, hablamos de una de las grandes putadas de las pantallas defectuosas que utilizamos día a día en nuestros ordenadores, consolas portátiles o móviles. El temido "Dead Pixel".
Por si no lo sabéis, las pantallas que actualmente utilizamos (no ostias, las de tubo no) están colmadas de estos enanitos en fila que emiten un color u otro según se le mande, pero en ocasiones uno de éstos puede diñarla quedándose más negro que el sobaco de Obama. A ésto se le otorga el nombre de pixel defectuoso o muerto.
Si bien existen diferenciaciones entre los pixeles defectuosos según su color, todos desencadenan el mismo sentimiento entre los usuarios... tristeza... rabia... ira... ganas de sacarte el carnet bazookero, ese tipo de cosas. Pero seguro que nadie ha pensado en el aspecto psico-emocional del problema, un problema que afecta directamente a éstos pequeñines.
Es trágico, lo sé. He ido a apadrinar un par de éstos cuadraditos para que tengan algo más de cariño, la jodienda es que uno vive en Malasia en la pantalla del ordenador de un miembro de una banda mafiosa y el otro en el móvil por satélite de una espeleologa experta en la Atlántida que anda perdida desde el 2004... me da a mi que no voy a tener el gusto de conocer a mis apadrinados... y me cuestan una pasta al mes, los cabrones...
Si tenéis este tipo de inquilinos en casa, hay una solución para repararlos, aunque necesitaréis una joya de la informática para éste trabajillo:
...somos unos putos insensibles... lloremos, lloremos...
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